Empresas, gobiernos y ciudadanos, sabemos que nuestro futuro depende de las transformaciones que seamos capaces de realizar rápidamente. La crisis climática, social y económica que sacude a la humanidad, nos muestra que estamos habitando en los bordes de todo lo que sostiene nuestro futuro. Hacer las cosas de otra manera, no es suficiente, necesitamos que nuestras acciones aspiren a reparar los sistemas de los cuales dependemos como humanidad.
La regeneración es un cambio de paradigma y de mentalidad que implica, no solo hacer mejor las cosas, sino que de volver al origen algo que, en un comienzo estaba en bienestar y armonía y que, actualmente, lo ha perdido.
No se trata solo de volver atrás, sino que se trata de saber qué vamos a buscar ahí.
Para recuperar el equilibrio perdido debemos ir a la raíz.
Los profundos quiebre de los últimos años, han propiciado que las empresas encuentren en la sostenibilidad un modelo y una estrategia de negocios que les permita equilibrar la rentabilidad, con los impactos sociales y ambientales que su actividad genera o pudiese generar.
La sostenibilidad desde un foco estratégico ha permitido que las empresas se desenvuelvan mejor ante los quiebres y también desarrollar una visión de negocios mucho más amplia y sistémica. Sin embargo, el ritmo de las transformaciones no es el requerido. Los impactos de la crisis climática, económica y social que atraviesan al mundo, no se detienen y empresas, estados y organizaciones de toda índole, no logran adaptarse a la rapidez de los quiebres debilitando aun más la posibilidad de una respuesta global antes los desafíos.
Desarrollar una mirada sistémica para hacerle frente al contexto de policrisis, no solo es urgente sino que es un imperativo para el desarrollo de los países. Las economías globales, hiperconectadas y dependientes de sistemas lineales y extractivos de producción, están en una encrucijada.
Ir más allá de la sostenibilidad, ampliando su campo de acción e incluyendo factores como la resiliencia, eficiencia, circulación, adaptabilidad y re generatividad, podrían propiciar un nuevo enfoque del sistema económico. El capitalismo regenerativo y los principios de la economía regenerativa emergen como una tercera vía ante la extracción y la conservación, en base a la evidencia científica de los sistemas naturales, la que básicamente plantea que todos los sistemas -vivos y no vivos- tienen la capacidad de reparase a si mismos.